He Who Says Yes
Libreto: Bertolt Brecht
Música: Kurt Weill
Director: Michal Grover Friedlander
Protagonistas: Doron Schleifer, Ofir Nahari, Taliya Dishon, Anat Czarny, Flaka Goranci alumnos de la Buchmann Mehta School of Music Tel Aviv
Gymnopédies Nro.1, una de la serie de tres obras para piano compuestas por Erik Satie, publicadas en París en 1888. Versión orquestada y dirigida por Ronald Corp, interpretada por la New London Orchestra.
Amou daquela vez como se fosse a última Beijou sua mulher como se fosse a última E cada filho seu como se fosse o único E atravessou a rua com seu passo tímido
Subiu a construção como se fosse máquina Ergueu no patamar quatro paredes sólidas Tijolo com tijolo num desenho mágico Seus olhos embotados de cimento e lágrima
Sentou pra descansar como se fosse sábado Comeu feijão com arroz como se fosse um príncipe Bebeu e soluçou como se fosse um náufrago Dançou e gargalhou como se ouvisse música
E tropeçou no céu como se fosse um bêbado E flutuou no ar como se fosse um pássaro E se acabou no chão feito um pacote flácido Agonizou no meio do passeio público
Morreu na contramão atrapalhando o tráfego
Amou daquela vez como se fosse o último Beijou sua mulher como se fosse a única E cada filho seu como se fosse o pródigo E atravessou a rua com seu passo bêbado
Subiu a construção como se fosse sólido Ergueu no patamar quatro paredes mágicas Tijolo com tijolo num desenho lógico Seus olhos embotados de cimento e tráfego
Sentou pra descansar como se fosse um príncipe Comeu feijão com arroz como se fosse o máximo Bebeu e soluçou como se fosse máquina Dançou e gargalhou como se fosse o próximo
E tropeçou no céu como se ouvisse música E flutuou no ar como se fosse sábado E se acabou no chão feito um pacote tímido Agonizou no meio do passeio náufrago
Morreu na contramão atrapalhando o público
Amou daquela vez como se fosse máquina Beijou sua mulher como se fosse lógico Ergueu no patamar quatro paredes flácidas Sentou pra descansar como se fosse um pássaro
E flutuou no ar como se fosse um príncipe E se acabou no chão feito um pacote bêbado
Morreu na contra-mão atrapalhando o sábado
Por esse pão pra comer, por esse chão prá dormir A certidão pra nascer e a concessão pra sorrir Por me deixar respirar, por me deixar existir,
Deus lhe pague
Pela cachaça de graça que a gente tem que engolir Pela fumaça e a desgraça, que a gente tem que tossir Pelos andaimes pingentes que a gente tem que cair,
Deus lhe pague
Pela mulher carpideira pra nos louvar e cuspir E pelas moscas bicheiras a nos beijar e cobrir E pela paz derradeira que enfim vai nos redimir,
Haremos temas de Carlos Moscardini, Aníbal Sampayo, Jaime Dávalos, Carlos Aguirre, Juan Quintero, Rolando Valladares, Juan Falú, Gustavo Leguizamón, Ramón Navarro, y algunos propios.
medio rica
medio culta
entre lo que cree ser y lo que es
media una distancia medio grande.
Desde el medio mira medio mal
a los negritos
a los ricos a los sabios
a los locos
a los pobres.
Si escucha a un Hitler
medio le gusta
y si habla un Che
medio también.
En el medio de la nada
medio duda
como todo le atrae (a medias)
analiza hasta la mitad
todos los hechos
y (medio confundida) sale a la calle con media cacerola
entonces medio llega a importar
a los que mandan (medio en las sombras)
a veces, solo a veces, se dá cuenta (medio tarde)
que la usaron de peón
en un ajedrez que no comprende
y que nunca la convierte en Reina.
Así, medio rabiosa
se lamenta (a medias)
de ser el medio del que comen otros
a quienes no alcanza a entender
ni medio.
Compuesta por Constantino Ramones, versión de Cecilia Todd
Mamá, me perdonará lo que le voy a decir, que yo me acosté a dormir y desperté embarazada. Yo no sé de quién será, hombres yo no he conocido; esto a mí me ha sucedido sin tener ningún intento, creo que será un mal viento que al despertar he tenido.
Hija, tú no me haces creer ni por tu ciencia, Marina, esto sólo a la gallina el viento la hace poner. No ha nacido la mujer que para de un huracán; sea de Pedro, sea de Juan, yo lo saco por la cara y es de más que me negaras, yo sé los que a casa van.
Por fin se llegó ese día de la hija dar a luz. Se parecía a Jesús en las narices, la cría, y en el pescuezo a Isaías y en la boca a Crispiniano, y en los ojos a Luciano, en los cachetes a Juancho, y en las orejas a Pancho y en el pelo a don Asiano.
Empezó este niño a andar, cambió de otro parecer; se parecía a Daniel y en lo alto a Eliazar, y en la rodilla a Pilar, en lo pando a Simeón. Por tanta comparación vino su madre a creer que su hija era la mujer que paría de un ventarrón.
They made a statue of us
And it put it on a mountain top
Now tourists come and stare at us
Blow bubbles with their gum
Take photographs have fun, have fun
They'll name a city after us
And later say it's all our fault
Then they'll give us a talking to
Because they've got years of experience
We're living in a den of thieves
Rummaging for answers in the pages
We're living in a den of thieves
And it's contagious
We wear our scarves just like a noose
But not 'cause we want eternal sleep
And though our parts are slightly used
New ones are slave labor you can keep
We're living in a den of thieves
Rummaging for answers in the pages
We're living in a den of thieves
And it's contagious
They made a statue of us
The tourists come and stare at us
The sculptor's mama sends regards
They made a statue of us
Our noses have begun to rust
We're living in a den of thieves
Rummaging for answers in the pages
Were living in a den of thieves
And it's contagious
Tengo tiempo para saber si lo que sueño concluye en algo
No te apures ya más, loco
porque es entonces cuando las horas bajan el día es vidrio sin sol
bajan, la noche te oculta la voz
y además vos querés sol
despacio también podés hallar la luna
Viejo roble del camino
Tus hojas siempre se agitan algo
Nena, nena que bien te ves
cuando en tus ojos no importa si las horas bajan el día se sienta a morir
bajan, la noche se nubla sin fin
y además vos sos el sol
despacio también podés ser la luna
La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte,
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardias,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste, la princesa está pálida)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe,
-la princesa está pálida, la princesa está triste-,
más brillante que el alba, más hermoso que abril!
-«Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-;
en caballo, con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con un beso de amor».